Comparto con ustedes este relato con el que participé en un concurso de la FILU (feria internacional del libro universitario) en el 2004 y que no tuvo éxito. UV (Universidad Veracruzana-Xalapa,2004) .
“EL SER VICIO ORIGINAL”.(parte 1)
En el consumo de la vida, uno quisiera llegar al final de la etapa con una serie de ganancias, sin embargo nuestro balance final nos deja con números rojos en cuestión de sentimientos; su color obedece al dolor causado durante el transcurso; no me refiero a otra cosa más que a la adicción sentimental, que no es otra cosa que una ausencia de buena pronunciación de las sensaciones de la mente.
La dependencia es el primero de todos los vicios humanos; conocemos ya la no correspondencia de sentimientos, de eso ya tenemos conciencia, pero qué sucede con la frustración que causamos con nuestra conversión en objeto (situación objetiva), es decir, cuando nos convertimos en un objeto necesario para otros seres, es ahí en donde nuestra conciencia no ha explorado aún esos territorios.
Por alguna extraña razón disfruto de los trueques de costillas y manzanas que existen entre el hombre y la mujer.
La silueta femenina manzanoide es un dejavú que me obligo a representar cada vez más seguido en mi mente, y entiéndase por obligación, un disfrute voluntario, porque un vicio es inexistente a fin de cuentas sin un goce.
Pedí una mesa para dos, en espera del numen y un café para hacerla más amena. Su retraso obedece, quiero imaginármelo, a que no se trata de cualquier persona, sino de alguien muy especial; es alguien que por memoria idílica me vuelve adicto.
No es coincidencia mi profesión de creador y ese era el tema central de nuestra charla; mi escultura, digna para mi de mil y un virtudes, las cuales fue adquiriendo en el proceso de su formación; primero fue adquiriendo las virtudes gratuitas que los dioses nos dan, como lo son: la gracia y el carisma.
Recuerdo el momento en que llegaste cuando empezaba a esculpirla; tal interrupción me robó un disgusto momentáneo, que, ahora que lo pienso fue originado por la interrupción a el consumo de esa obsesión a mi creación, un vicio natural sustituido por otro de mayor valor mas adelante.
Mi concentración en los recuerdos era tal, que tu interrupción me sobresaltó, pareciendo hacer de tal situación, uno de tus juegos involuntarios preferidos.
Pero, qué mejor que un recuerdo compartido, existe algo mas cercano a la realidad que eso.
Ya puesta al tanto de mi memoria, nos enfocamos a continuar con el complemento de una satisfacción de convivencia, de un acercamiento lento en un principio e impulsivo en un final. (continuará......)
En el consumo de la vida, uno quisiera llegar al final de la etapa con una serie de ganancias, sin embargo nuestro balance final nos deja con números rojos en cuestión de sentimientos; su color obedece al dolor causado durante el transcurso; no me refiero a otra cosa más que a la adicción sentimental, que no es otra cosa que una ausencia de buena pronunciación de las sensaciones de la mente.
La dependencia es el primero de todos los vicios humanos; conocemos ya la no correspondencia de sentimientos, de eso ya tenemos conciencia, pero qué sucede con la frustración que causamos con nuestra conversión en objeto (situación objetiva), es decir, cuando nos convertimos en un objeto necesario para otros seres, es ahí en donde nuestra conciencia no ha explorado aún esos territorios.
Por alguna extraña razón disfruto de los trueques de costillas y manzanas que existen entre el hombre y la mujer.
La silueta femenina manzanoide es un dejavú que me obligo a representar cada vez más seguido en mi mente, y entiéndase por obligación, un disfrute voluntario, porque un vicio es inexistente a fin de cuentas sin un goce.
Pedí una mesa para dos, en espera del numen y un café para hacerla más amena. Su retraso obedece, quiero imaginármelo, a que no se trata de cualquier persona, sino de alguien muy especial; es alguien que por memoria idílica me vuelve adicto.
No es coincidencia mi profesión de creador y ese era el tema central de nuestra charla; mi escultura, digna para mi de mil y un virtudes, las cuales fue adquiriendo en el proceso de su formación; primero fue adquiriendo las virtudes gratuitas que los dioses nos dan, como lo son: la gracia y el carisma.
Recuerdo el momento en que llegaste cuando empezaba a esculpirla; tal interrupción me robó un disgusto momentáneo, que, ahora que lo pienso fue originado por la interrupción a el consumo de esa obsesión a mi creación, un vicio natural sustituido por otro de mayor valor mas adelante.
Mi concentración en los recuerdos era tal, que tu interrupción me sobresaltó, pareciendo hacer de tal situación, uno de tus juegos involuntarios preferidos.
Pero, qué mejor que un recuerdo compartido, existe algo mas cercano a la realidad que eso.
Ya puesta al tanto de mi memoria, nos enfocamos a continuar con el complemento de una satisfacción de convivencia, de un acercamiento lento en un principio e impulsivo en un final. (continuará......)
No hay comentarios:
Publicar un comentario